La satisfacción de ser voluntaria...
Tengo que decir que no soy una persona egoísta, si puedo echar una mano a alguien que lo necesita lo hago, con la incertidumbre de pensar si lo estaré haciendo bien.
Digo esto porque en el tiempo que llevo aquí, he conocido gente con distintos problemas.
Fernando un chico de 17 años que sufre el maltrato de su padre, cuando me contó su situación yo estaba trabajando, me dijo que echaba de menos a un voluntario que estuvo aquí un par de meses antes que yo viniera, me interese por el asunto. Me dijo que él le ayudaba con la situación de su casa. Yo sabía que Fernando era huérfano de padre, pero me entere que no era así. Él mismo se me aclaró el asunto sin que le preguntara. Problemas de maltrato a su madre, a sus hermanos y a él. Un problema de abuso de poder, con el alcoholismo como problemática de fondo. Fernando estaba intentando salir adelante, por lo que trabajaba con animales de granja pero su padre no le deja, se queda con cualquier beneficio que Fernando consigue. Me dijo que para él su padre estaba en el “otro barrio”. No dije nada, sólo escuché, pero él confió en mí. Quizá cabría pensar que no es verdad todo lo que dice, pero poco a poco he ido descubriendo que si lo es. Lo que me gusta es que le caigo bien, creo que me he ganado la simpatía de Fernando :-)
En el centro de trabajo he conocido personas que son la prueba de la emigración, al menos un par de veces por semana viene gente a rellenar la solicitud de visado. Es una pasada, no vuelvo a ver a esas personas, así que supongo que a muchos les darán la visa para el viaje…
Ayer vino una chica joven, 25 años, le ayude a rellenar la solicitud, me lo agradeció mucho, me sentí muy bien, no porque ayudara a alguien a emigrar sino porque me lo agradeció de corazón y eso recompensa la lejanía de la familia, mola!!
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