La presente es en primer lugar para darles a todos la bienvenida, si son extranjeros, a uno de los países más bonitos del mundo o casi, y si ya son de aquí, les recuerdo que son nacionales de uno de los países más bonitos del mundo, pregúntenle si no a aquéllos jubilados que nos visitan cada año...
En segundo lugar, me gustaría solicitarles encarecidamente que detengan el daño que están haciendo. Caminar por las apacibles calles ecuatorianas se está convirtiendo en una acción de coraje y valentía. La gente cree que ustedes apenas le dan valor a la vida. Qué verguenza!Estoy convencida de que esa no es en absoluto su intención, y por ello apelo a su razón. Podemos entender que sus intenciones pueden ser buenas, como dar de comer a la familia, pero me pregunto, es necesario usar armas? No entremos en guerra en período de paz...
Quizá si esa energía que gastan asaltando a los pobres ecuatorianos de a pie, a los pobres taxistas que no cobran más que 1 dolar por carrera, a la pobre tendera que simplemente se gana dignamente la vida...quizá les convendría más, en favor de la sociedad a la que han llegado, luchar por causas justas. Por un empleo digno, una educación de calidad, unas calles limpias, una sanidad asequible, una sociedad sin corrupción...y se me ocurren otras muchas buenas intenciones. Por qué conformarse con infundir el miedo, y quedar relegado a la marginación, cuando en conjunto con la sociedad pueden hacer mucho más?
La señora propietaria del comedor del barrio nos contaba que unos mal encarados llegaron a punta de pistola a quitarle la venta del día, ay! no habría sido mejor pedirle trabajo? Una niña vecina mía, me contaba que tiene que estudiar por la mañana y trabajar por la tarde, y que además va a su casa con el miedo de que un pederasta le persiga por ahí y le corte los brazos, como ya hicieron con un niño del barrio....Recordar la conversación me pone los pelos de punta, y supongo que también a ustedes. Un niño no merece un mundo así. Y los taxistas, unos valientes, tienen siempre una anécdota sobre un asalto, un arma, y la recaudación del día perdida...
Quizá suene un poco utópica mi petición, pero creo que no hay nada peor que haber perdido la esperanza y llevar a gente humilde a una situación de desesperación.
Nuevamente, les invito a conocer este lindo Ecuador, mi país, que tiene de todo, ríos, montes y valles y minas de oro....
Cordialmente,
En segundo lugar, me gustaría solicitarles encarecidamente que detengan el daño que están haciendo. Caminar por las apacibles calles ecuatorianas se está convirtiendo en una acción de coraje y valentía. La gente cree que ustedes apenas le dan valor a la vida. Qué verguenza!Estoy convencida de que esa no es en absoluto su intención, y por ello apelo a su razón. Podemos entender que sus intenciones pueden ser buenas, como dar de comer a la familia, pero me pregunto, es necesario usar armas? No entremos en guerra en período de paz...
Quizá si esa energía que gastan asaltando a los pobres ecuatorianos de a pie, a los pobres taxistas que no cobran más que 1 dolar por carrera, a la pobre tendera que simplemente se gana dignamente la vida...quizá les convendría más, en favor de la sociedad a la que han llegado, luchar por causas justas. Por un empleo digno, una educación de calidad, unas calles limpias, una sanidad asequible, una sociedad sin corrupción...y se me ocurren otras muchas buenas intenciones. Por qué conformarse con infundir el miedo, y quedar relegado a la marginación, cuando en conjunto con la sociedad pueden hacer mucho más?
La señora propietaria del comedor del barrio nos contaba que unos mal encarados llegaron a punta de pistola a quitarle la venta del día, ay! no habría sido mejor pedirle trabajo? Una niña vecina mía, me contaba que tiene que estudiar por la mañana y trabajar por la tarde, y que además va a su casa con el miedo de que un pederasta le persiga por ahí y le corte los brazos, como ya hicieron con un niño del barrio....Recordar la conversación me pone los pelos de punta, y supongo que también a ustedes. Un niño no merece un mundo así. Y los taxistas, unos valientes, tienen siempre una anécdota sobre un asalto, un arma, y la recaudación del día perdida...
Quizá suene un poco utópica mi petición, pero creo que no hay nada peor que haber perdido la esperanza y llevar a gente humilde a una situación de desesperación.
Nuevamente, les invito a conocer este lindo Ecuador, mi país, que tiene de todo, ríos, montes y valles y minas de oro....
Cordialmente,
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